miércoles, 20 de mayo de 2015


¡Que placer inmenso! Tengo cada músculo de mi cuerpo en un estado de relajación inusual. No siento mi cuerpo a pesar de saber que está allí, sin embargo, no me molesta en absoluto. Me gusta que mi cuerpo no se interponga en mis pensamientos, como cuando estás en la profundidad de tus ideas y de pronto estornudás. El estar completamente relajada me permite analizar con detenimiento ciertos ítem de la vida cotidiana y el devenir.

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