Ya siento que es tarde. Nuevamente se me hace tarde, y no
solo en cuanto a tiempo si no que también en cuando a soluciones, es tarde para
solucionarlo. Ya lo siento, ya no es problema. Me tengo que acostumbrar a él o
me voy a consumir.
En el fondo de mi
corazón algo me dice que no, que no confíe. No sé si confiar, en mi intuición o
en las demás personas. ¡Qué dilema!
Pero ya no voy a quedarme en la nada.
Pero ya no voy a quedarme en la nada.
Y si, era tarde. Pero
ahora ya es temprano. Es temprano para saber todo esto, es temprano para
que la realidad me acaricie de esa forma casi obsesiva. Es temprano pero no
puedo retroceder, es temprano para creer que
es tarde.
Hoy vuelve a ser tarde. Tarde para creer en sueño, tarde
para pensar que un ángel me cuida. Para ver como las cicatrices vuelven a
abrirse, igual que en el pasado.
Estoy en lugar en el que todo da vueltas. Donde la cara del
mundo cierra sus ojos para ver la nada.
Donde más allá del cielo hay mas cielo. Y más allá de esas
paredes se destrozan mis pensamientos unos contra otros.
El rostro de un moneda ya no está, ahora está el dedo medio
mirándome solo. Diciéndome lo mismo que muchos. Ahora no importa, mi corteza es
dura y no pueden traspasarlos.
Pero por
dentro me autodestruyo. Sola…Sin excusas.
Cada vez es mas tarde, mis pensamientos se pierden en un
sinfín de hojas secas, de brisas heladas que acarician la cara haciéndote creer
que alguien te tiro esa caricia desde muy lejos.
Ya es tarde, tan tarde que desgarra. No deja otra cosa que
sangre y dolor, mucho dolor. Varada en el tarde me quedo, solo caminar con
lentitud y esperar que algún día vuelva a ser temprano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario