Desperté con ese sabor amargo del ayer que me sigue tan de cerca que casi llega a susurrarme en el oído,
una que otra lagrima que me quiere atrapar pero ninguno de los dos me alcanza, me siguen solo para que me quede con la adrenalina, con el pánico de que me alcancen, como en un juego de miedo.
Pero lo más intrigante de todo es mi alrededor, hoy estoy calmada y me es muy útil, de echo me siento en una paz mezclada con un poco de tristeza... Pero me ayuda más de lo que creí, ahora puedo ver el mundo desde otra perspectiva y me siento a gusto viendo tranquilamente y estudiando eso que me rodea.
Hoy, los egos se silenciaron, al menos por segundos.
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