miércoles, 18 de enero de 2017

Blackbird fly

Hola a mis lectores. Les advierto que quizá esta sea m última entrada. No sé realmente si uds existen o existieron en algún momento. Monkey see monkey do se convirtió en una especie de diario o crónicas de mi vida, me ayudó en mis peores momentos. Me pude expresar. Encontré acá, el lugar que no me dieron o que no supe buscar allá, en la realidad, en la cotidianeidad de mi vida. Saben... Yo siempre estuve ahí. Y sinceramente me cansé de que me escupan la cara. Yo estaba y siempre estuve, jamás lo valoraron. Esa desvalorización me hizo mierda. Día a día me desvalorizaban y día a día me enfermaba. Hoy mi estrés no ha disminuído y por más que escriba, pinte, cante, baile o por más sexo que tenga no se quita. Es una especie de estrés crónico. Que se desarrolló en un hipotiroidismo. La traducción a esto es: aguantar tantos años con un nudo en la garganta sin querer llorar por parecer débil, soportar que me dijeran cosas que nunca deseé escuchar y tener que callarme por una sumisión disfrazada de respeto. 
 ¿Realmente creen todavía que pueden decirme qué hacer? Cuando tenía 10 años juré que a los 18 me mudaría. Hoy con 20, esto no se ha cumplido a mi pesar. Realmente a mi pesar porque quedarme me costó y no sólo la salud física, la emocional y la mental también.  Este 2017 mi meta va a ser esa. Me voy a mudar. Y no me importa si tengo que hacer 1 materia por año en el profesorado para estabilizarme económicamente. Necesito volar. Ya mismo.
 Soy el pájaro negro.